Estos limones gloriosos,
que sobre fina estera
triunfan del arduo secano
de pardo surco y de loma seca,
hermosura son de huerto
bien regado y en eclosión frutal.
Su oro joven rezuma frescor,
y de su verde piel,
amenos manantiales surgen
en la mirada nuestra
de admirada escorrentía,
con esa cierta dulce acidez
que los limones nos regalan,
cuando, abiertos, nos muestran,
ubérrimos, esos gajos tan suyos,
que el alma nuestra, siempre,
de asentado gusto sazonan,
y plenitud nos dan de acierto
y segura concordia al paladar.
Afortunado bouquet de cítricos
que la mano de Carpe
supo ir depositando, uno por uno,
sobre el lienzo en milagro de pintura,
vibrante serenidad, y sosegada tormenta
visual de sentires y sabores.
Versos de Santiago Delgado extraídos de sus Poemas a Carpe (2022), con prólogo de Juan Bautista Sanz, donde destaca que el poeta: «se recrea en la belleza de los cuadros de Carpe, la que nos redime de angustias, pintor vivo, aunque ausente en un misterio que habrá que explicarse; porque lo pintado viene a ser la raíz de lo eternamente visible, relevante en las mejores estrofas que, como racimos, se abrazan compartiendo la gloria de su existencia mutua».